Para leer el Moncada
Por: Grisel Chirino Martínez.
Ya estamos en combate
para defender la idea de todos los que han muerto
para arrojar a los malos del histórico templo
por el heroico gesto de Maceo
por la dulce memoria de Martí …
Si unos versos resumen el más infinito amor a la patria del joven revolucionario Raúl Gómez García, son aquellos que componen el poema inconcluso “Ya estamos en combate”. Vibrantes estrofas escritas al pie de la gloria, vísperas de las acciones del Moncada, entre los días 17 y 26 de julio del año del centenario del Apóstol.
Raúl Gómez García recitó estos versos en la Granjita Siboney, momentos antes de ir al encuentro con la historia. Y aunque nadie puede asegurar si son continuación o respuesta a nuestro Himno Nacional, lo cierto es que formaron parte inseparable de esa magnífica epopeya que fue el Asalto al Moncada.
Los jóvenes del centenario marcharon al combate con muchas de esas estrofas en la memoria. Los versos del poeta habanero se convirtieron en un nuevo motivo de inspiración para la lucha.
La literatura y la gesta se dieron la mano para perpetuarse juntas en una misma historia, repleta de heroísmo y de amor a la patria.
Ya estamos en combate…
en nombre de las madres y de los hijos de nuestra tierra heroica,
en nombre del honor y del decoro que construyó su historia,
por la estrofa magnífica del himno
que morir por la Patria es vivir.
Muchos de los jóvenes asaltantes corrieron la misma suerte que el poeta Raúl Gómez García, tras los acontecimientos del Moncada. Fueron asesinados alevosamente, aunque se le hizo creer a la opinión pública que habían muerto en combate. Fidel Castro, el jefe de la epopeya, salvó su vida y fue capturado unos días después junto a otros compañeros de lucha.
El líder revolucionario, en su condición de abogado, asumió su propia defensa durante el juicio a que se le sometió por los sucesos del Moncada. Sus palabras quedaron en la memoria nacional bajo el título de La Historia me Absolverá.
El trascendental alegato se convirtió de inmediato en un cotizado texto. Su carácter programático y de honda reflexión política sobre la Cuba de entonces, no excluyó el vuelo literario.
Las citas extraídas de muy diversas obras del pensamiento filosófico y la literatura universal, estaban presentes en la brillante autodefensa de Fidel, mientras anunciaba una poderosa verdad. Tras la acción armada y la valentía manifiesta de aquel grupo de jóvenes, se hallaban los más nobles valores de la cultura nacional y del legado histórico de los independentistas cubanos.
La Historia me Absolverá impresionó no solo por su contenido político, sino también por la belleza de su escritura y el alto vuelo literario. En el alegato de nuestro líder estaba presente la visión martiana en cada una de sus páginas y el conocimiento pleno del pensamiento del Apóstol. No en vano José Martí fue considerado autor intelectual del Asalto al Moncada.
En La Historia… Fidel dio muestras de una extraordinaria cultura adquirida a través de lecturas ejemplares. De hecho, refiere libros que también proponía al pueblo. Porque, en el adelanto de su programa político, hablaba del acceso a la educación, como uno de los seis problemas fundamentales que la Revolución resolvería, cuando lograra el triunfo.
Otra visión de ese momento crucial de la historia patria quedó registrada para la literatura por la pluma de la periodista Marta Rojas. Ella fue testigo excepcional del juicio por los acontecimientos del Moncada y ganó celebridad con su reportaje sobre este proceso contra el líder revolucionario y sus compañeros de lucha.
Marta Rojas es la autora de La generación del Centenario en el juicio del Moncada. Este es un libro testimonial que ubica los hechos en su ámbito político y social. Con su pericia y oficio de gran periodista, transmite al lector la intensidad de cada momento vivido por los asaltantes, antes y después de la acción del 26 de julio.
A la autoría de Marta Rojas pertenecen también otros dos títulos muy vinculados al tema: El que debe vivir fue galardonado con el Premio Casa de las Américas y constituye un testimonio sobre el combate que librara Abel Santamaría en apoyo al Moncada: mientras que La Cueva del Muerto, publicado en 1983, es otra de sus obras testimoniales que aborda el tema de la ola de crímenes desatada por las fuerzas represivas del batistato, en los días posteriores al 26 de julio de 1953.
Marta Rojas resulta magistral en este trío de creaciones de honda trascendencia histórica. En ellas se aprecia esa simbiosis de literatura y periodismo, que es el género testimonial. Con toda certeza, Alejo Carpentier reconoció a la autora ágil y talentosa, de profunda vocación periodística y perteneciente a la raza de reporteros a los que rindió homenaje Ernest Hemingway.
Como resultado de los sucesos del Moncada, Fidel y sus compañeros de lucha fueron condenados a cumplir sanciones en el antiguo Presidio Modelo de Isla de Pinos. La cárcel siempre dura, lo fue mucho más para este puñado de jóvenes que por un período de cerca de dos años, tuvieron que posponer los sueños de liberar a la patria.
Sin embargo, durante todo este tiempo el líder revolucionario se propuso y convirtió la prisión en una nueva trinchera para continuar el avance hacia sus objetivos. Con férrea determinación Fidel se dio a la tarea de enfrentar el manto de silencio con el que la tiranía pretendía cubrir a los moncadistas…Y combatió el aislamiento forzoso al que estuvieron condenados por casi dos años.
El diminuto ejército de luchadores, organizados en torno a su jefe, no dejó espacio para el ocio, ni el abatimiento. La Academia Ideológica Abel Santamaría rindió sus frutos, mientras los jóvenes se imponían un sistema de estudio riguroso y consciente, en el que la lectura llenaba el tiempo de espera.
Los meses transcurridos en prisión resultaron ocasión propicia para que nuestro máximo líder reconstruyera la versión definitiva de La Historia me Absolverá. Su brillante alegato de autodefensa, cuya publicación y distribución también orientó desde la cárcel.
Fidel desarrolló, además, un aspecto de singular trascendencia política e histórica: su orientación de volcarse hacia la movilización de la opinión pública en favor de los moncadistas y su programa revolucionario.
Desde la prisión fecunda se gestó el futuro victorioso de nuestra patria. Fidel concibió, preparó y organizó todas las condiciones que le permitirían avanzar después de la creación del Movimiento 26 de Julio, a la expedición del Granma y la reanudación de la lucha armada contra la tiranía batistiana.
Mario Mencía, destacado periodista y acucioso investigador de la última etapa insurreccional, recogió en un libro toda esta experiencia vivida por Fidel y sus compañeros de causa. La Prisión Fecunda es un título que expresa la esencia de los acontecimientos que en él se narran, y constituye valioso documento para las más actuales generaciones de revolucionarios, en el conocimiento de la historia posterior a los sucesos del 26 de julio de 1953.
Todos los textos mencionados constituyen obras literarias de incuestionable valor histórico y artístico, por la forma en que cuentan una historia que marcó el destino y cambió la historia de Cuba.