Luis Casas Romero: el músico, el fundador
Por: Elaine Caballero.
De Luis Casas Romero podemos decir que fue un enamorado de la vida y de la música también. Sus composiciones así lo reflejan: «Dicen que tus caricias no han de ser mías/ que tus amantes abrazos no han de estrecharme/ y yo he soñado anoche que me querías/ y aunque después me muera quiero besarte».
Este bolero nos remonta de inmediato a la emblemática película La Bella de la Alhambra, de Enrique Pineda Barnet. Sin embargo, muchos desconocen al autor de la canción: Casas Romero, notable compositor, flautista y director de orquesta nacido en Camagüey, el 24 de mayo de 1882, hace 139 años.
Casas Romero fue el creador, además, del célebre tema «El Mambí», que ha sido interpretado durante décadas por diversos cantautores del país. La más reciente versión tuvo un reestreno en el 2020 y removió las nostalgias colectivas por devolvernos la imagen y la voz de Santiago Feliú, enriquecida en el piano de Frank Fernández. Con letra del poeta Sergio La Villa, hablamos de una música alegórica a las epopeyas de 1868 y 1895, gestadas en el oriente cubano.
No es de extrañarse la creación de El Mambí, ya que Casas Romero a los 14 años decidió apoyar la causa emancipadora y se unió a las luchas por la libertad de Cuba. La independencia en aquellos momentos consistía en una prioridad para muchos.
El prestigioso compositor es también el autor de «Adiós, amor» y «Adiós al bohío», temas de gran popularidad hace tiempo atrás. Supo llegar al público con poesía y ritmos elegantes, tarareados por su poder de reflejar las pasiones humanas desde la belleza y la ternura.
Desde épocas tempranas, Casas Romero mostró aptitudes para la música. Siendo apenas un niño formó parte de la orquesta de la Sociedad Popular Santa Cecilia, donde ganó fama por interpretar importantes obras de concierto.
La Habana vio crecer su talento en las más elocuentes maneras de abrirse camino en diferentes áreas de la sociedad. En la capital de Cuba ejerció como profesor de solfeo, flauta, teoría de la música y composición, en el Conservatorio Amadeo Roldán. Se mantuvo activo como flautista en la orquesta del cine teatro Alhambra y en las más importantes compañías del arte lírico del país.
Dirigió la Banda del Estado Mayor del Ejército hasta su muerte, el 30 de octubre de 1950.
Fundador de la radio en Cuba
De conjunto con su obra musical, Casas Romero dedicó tiempo al empeño de inaugurar la radio en Cuba. El 22 de agosto de 1922, junto a su familia, comenzó los experimentos con su planta 2LC, aunque desde 1920 trabajaban para lograr ese afán.
La fecha oficial de una transmisión radial en el país ocurrió dos meses después de aquel agosto de 1922, justamente el 10 de octubre de ese mismo año, cuando se divulgó en los idiomas español e inglés el discurso inaugural del presidente de la República, Alfredo Zayas, a propósito de la fundación de la PWX.
De dos horas diarias, la 2LC pasó a transmitir seis horas con una potencia de 10 wats, a partir del 16 de abril de 1923. Luego se incrementó la capacidad, primero a 30 wats y luego a 100. Hasta 1928 la planta radial mantuvo sus transmisiones, salvo con la salida al aire de la PWX.
Luis Casas Romero continuó con la creación de la primera señal de onda corta en 1933, bajo el nombre inicial de la COC. En ese centro se inició también como locutor bilingüe su hijo Ernesto, figura importante junto a su padre en la creación de la CMCK.
Seis hijos del compositor camagüeyano se dedicarían a la radiodifusión en Cuba, como una de las maneras de engrandecer la vida de aquellos tiempos.
Otra vez la música
Digamos que Casas Romero fue lo suficientemente imaginativo para constituir la primera fábrica electromecánica de rollos de pianola. La institución no era un lugar ignorado para los músicos de la época, ya que allí colaboraron figuras como Ernesto Lecuona, Moisés Simons, Jaime Prats, Nilo Menéndez y Vicente Lanz.
Trabajó, además, con las sopranos Geraldine Farrar, Luisa Tertazzini y Graziella Paretto. Como líder innato, dirigió las orquestas de los teatros Martí, Payret, Molino Rojo, entre otras. Un hombre que siempre vio en la música uno de los destinos certeros para alcanzar la felicidad.
Autor de más de cien criollas, entre ellas, «Ana Sofía», «Bajo el palmar», «Capablanca», «Carmela», «Cubanita», «Mi bohío», y «Patria querida»; su repertorio abarcó el danzón, la zarzuela y otros estilos musicales. Un compositor entre los más completos y significativos del siglo XX cubano.