José Villa Soberón: La de Eusebio es la escultura más difícil de todas las que he hecho
Por: Adalys Pérez Suarez.
Aunque fundida en bronce, el regreso a una de sus históricas plazas de la silueta de Eusebio Leal, el más amante y entregado de sus hijos, fue para la antigua Villa de San Cristóbal de La Habana uno de los mejores regalos que recibió en el aniversario 502 de su fundación.
El autor de la escultura no podía ser otro que el Premio Nacional de Artes Plásticas José Villa Soberón, quien ha ido trayendo a nuestras ciudades célebres personajes como Benny Moré, El Caballero de París, John Lennon, Ernest Hemingway o la Madre Teresa de Calcuta.
¿De qué modo surge la idea de esta escultura?
A raíz de la muerte de Eusebio hubo varios compañeros que empezaron a mover la idea de tener una escultura dedicada a él, pero finalmente quien la tramitó fue la Oficina del Historiador de la Ciudad y tuve la suerte de que me la encargaran a mí.
¿Cómo fue el proceso de creación de la escultura?
La escultura tiene como intención esencial o al menos mi propuesta era devolver la imagen de Eusebio a ese espacio urbano de la ciudad que por más de 60 años él anduvo con tanta regularidad, siempre con ese gesto suyo de comunicarse con todo el mundo, de ir saludando a todos.
Se modeló en nuestro taller. La trabajé junto a Gabriel Cisneros, un joven escultor graduado del Instituto Superior de Arte con quien he estado realizando mis obras más recientes.
Entre el modelado y la fundición, que se hizo en la Fundación Caguayo, de Santiago de Cuba, fue casi un año de trabajo. La escultura funciona así, generalmente intervienen muchos profesionales en su ejecución: unos que realizan los moldes, otros que hacen la resina, los que la funden y nosotros que fuimos los que la modelamos y conceptualizamos.
¿Qué modelos usaron? ¿Fue por fotografías?
Tuvimos la suerte de tener muchas fotos que nos fueron facilitadas por Magda Resik. Fotos y videos, ya que fue un personaje muy mediático.
Pero en esta ocasión y de manera excepcional tuvimos una ayuda realmente muy especial. Generalmente nosotros trabajamos con modelos. Por lo regular trato de encontrar uno que tenga un físico algo parecido al del personaje y en este caso tuvimos como modelo a su hijo Javier que se le parece muchísimo, sobre todo en la expresión corporal.
Él fue el modelo de la escultura y de alguna manera nos permitió trabajar más detalles que los que normalmente tenemos la oportunidad de hacer. Quizás por eso la escultura está tan cargada de ellos.
¿Cuántas esculturas a personalidades Ud. ha realizado?
“Ahora me preguntas una cifra y no se decirte. Unas doce o trece quizás.
Varias de esas esculturas Ud. las hizo para el Centro Histórico de La Habana en vida de Eusebio Leal. ¿Cómo fue su relación con él durante esos procesos de trabajo?
Si hay alguien al que personalmente tengo mucho que agradecerle y que creo fue la persona que mejor entendió mi propuesta como escultor, ese fue Eusebio.
La escultura de Lennon salió de un pequeño concurso que en el año 2000 realizó el Ministerio de Cultura y él estaba en la inauguración. Creo que fue el primero en sentarse en el banco de Lennon y desde allí hizo que me acercara para decirme que quería esculturas como esa para La Habana Vieja. Yo quiero que me hagas ahora, inmediatamente, la de El Caballero de París, me dijo.
Y a partir de ahí Eusebio fue una persona que siempre contó con nosotros para hacer esculturas. Después nos hizo mudarnos del ISA, donde inicialmente estaba el taller, para La Habana Vieja y era un visitante habitual, incluso hasta en sus últimos días de vida.
Nunca tuvimos dificultades con él, pero era una persona muy exigente y cuando tenía un encargo le gustaba ir y ver cómo estaba la obra y si podía enriquecer algún detalle lo disfrutaba muchísimo. Para nosotros fue un privilegio tenerlo permanentemente ahí en el taller colaborando con nosotros.
Realmente él ayudaba a muchos artistas. Si hay una persona que trabajó para el arte y la cultura de la ciudad, esa fue Eusebio.
De lo anterior infiero que, de entre tantas esculturas de personalidades que ha hecho, esta tenga un significado particular para Ud.
Emocionalmente es para nosotros una escultura muy importante, porque si con alguna persona nos sentíamos en deuda personal por el trabajo profesional, era con él.
Fue una escultura muy difícil. Seguramente es la escultura más compleja y difícil de todas las que he hecho y, probablemente, de todas las que haga porque hace muy poco que no está con nosotros y, de alguna manera, Eusebio era una persona muy querida y todo el mundo quiere tener la escultura de su relación con él.
Unos la quieren en este lugar, otros lo recuerdan en la Plaza Vieja, algunos lo recuerdan mejor en la Catedral. O sea, hay muchas personas queriendo tener una escultura de Eusebio, pero cada cual no puede hacer su propia escultura y esta no es tampoco la mía. Es una escultura que trata de conceptualizar en el lenguaje de la estatuaria un grupo de elementos que puedan servir para que en un futuro la gente sepa del personaje.
A mi juicio ese sitio fue bien escogido porque comenzó a trabajar ahí aún cuando no era todavía el Museo de la Ciudad y ese fue evidentemente un espacio muy particular para él, con el que tuvo mucha relación. Era como el centro de toda su vida profesional; por lo tanto, me parece que, aunque algunos la hubieran querido en otro sitio, la ubicación es oportuna para el futuro.
La próxima semana Ud. inaugurará una exposición personal en la galería Villa Manuela, quisiera nos adelantara algo de lo que podremos ver allí.
Yo tengo dos líneas de trabajo: hago este tipo de esculturas que es un arte público, un arte de intervención artística para la ciudad, pero tengo otro trabajo un poco personal que es una obra abstracta. De eso va esta exposición en Villa Manuela, que tiene como tema el de las espirales, por eso se va a titular La espiral eterna.
Es un grupo de esculturas abstractas de pequeño a mediano formato, hechas en metal que giran alrededor de este tipo de espiral que suelo hacer. Vamos a esperar a que se inaugure la exposición para que las personas la juzguen.
Aunque esta muestra no está dentro del programa de la 14 Bienal de La Habana, es uno de los acontecimientos culturales más importantes que tendrán lugar en la ciudad, en ese contexto. Me gustaría que me diera su opinión acerca de este evento.
A mí me parece bien que se realice, en el sentido de que la Bienal siempre ha sido una plataforma para la promoción del arte, sobre todo de artistas jóvenes que ya tienen una madurez. Así ha sido para muchos artistas que hoy, incluso, son importantes en el mundo. Artistas cubanos que quien les dio esa oportunidad fue la Bienal de La Habana.
Pienso que no se le puede negar a la gente joven la posibilidad de tener ellos también su propio espacio, el espacio que generacionalmente les corresponde para presentar su obra, por eso me parece oportuno que se celebre la Bienal.
Hay mucho talento en Cuba y sobre todo hay mucho talento en el arte joven. No son las mejores condiciones, no es el mejor momento para los artistas ni para las instituciones, porque hay un nivel de dificultades económicas que va a limitar un poco su ejercicio, pero esa oportunidad hay que dársela a esta generación.
Dentro de dos o tres años habrá otros jóvenes que también van a necesitar la Bienal. La Bienal es uno de los grandes eventos de la cultura cubana que ha logrado, además, atraer como pocos una gran mirada internacional de coleccionistas, galeristas, curadores…Creo que es un proyecto que debe mantenerse.
Fuente: Cubarte