Historias junto al fuego
Por: Katia Camejo Montpeller.
El incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas conmovió a la Isla entera, con muestras solidarias hacia los accidentados, con los trabajadores emplazados en el sitio y con los vecinos cercanos por las posibles secuelas del siniestro.
Las horas inciertas del suceso ocuparon, además, los principales espacios noticiosos de los medios de difusión nacional, que enseguida llegaron al lugar para reportar minuto a minuto la marcha de los acontecimientos.
No faltó en ningún caso el seguimiento a los partes oficiales sobre el desarrollo del siniestro, la evolución de los lesionados, así como las medidas preventivas para la población por el riesgo de su salud ante la magnitud del fuego y el humo con los cambios de movimiento del viento.
Aunque la televisión nacional mantuvo una programación abierta con las decisiones de nuestro gobierno, sus constantes visitas a la Base de Supertanqueros y a los hospitales con afectados por el trágico accidente, también la radio tuvo cobertura inmediata y continua a través de sus corresponsales en Matanzas.
Las etiquetas #CubaEsMatanzas, #FuerzaMatanzas y #FuerzaCuba superaron cifras de otras emitidas en contingencias similares, debido a la duración del fenómeno, la dimensión del mismo y la preocupación derivada de las peligrosas llamaradas.
Tampoco las historias de la prensa revolucionaria, ni las publicaciones en sitios web de instituciones cubanas o en las redes sociales dejaron de aclarar toda confusión para evitar las falsas noticias.
Hemos vivido a través de las imágenes de fotorreporteros y camarógrafos que se jugaron la vida, de las entrevistas con el dolor en las palabras y el agradecimiento a las autoridades por las sabias decisiones, a quienes donaron sangre o aportaron lo necesario como apoyo, a los países que trajeron recursos para apagar el fuego y ayudar a los damnificados.
El drama de Matanzas impactó en la prensa porque somos un pueblo noble. Ahora se buscan los restos de los fallecidos para devolver la paz a sus familiares y allegados. El luto, en los cubanos desde el primer momento, es un hecho en nuestros músicos que cancelaron sus conciertos, pero cantaron a la esperanza de un final sin mayores daños para todos.