Experiencia artístico-pedagógica de San Alejandro

Experiencia artístico-pedagógica de San Alejandro

Por: Maya Quiroga.

Aunque desde el año 2000 la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro ha participado con proyectos en la Bienal de La Habana, no fue hasta 2019 cuando por vez primera se reconoció como subsede oficial del evento.

El claustro de San Alejandro está conformado por un grupo de jóvenes artistas egresados de la Academia y de la Universidad de las Artes, quienes laboran junto con profesores que llevan más de 30 años en el ejercicio de la profesión.

En cada aula se mezclan la juventud y experiencia, para oxigenar los procesos creativos y que el educando se forme en una cosmovisión de criterios que tiene como base la investigación y el estudio.

Por eso no resulta extraña esta exposición colectiva, inaugurada en el contexto de la 14ta. Bienal, en la que dialogan entre sí obras más académicas, como pinturas, dibujos, esculturas y grabados, con otras representativas de las artes visuales contemporáneas.

Tanto profesores como estudiantes o recién egresados de la Academia, invaden todos los espacios físicos de la escuela y cada cátedra aporta su propuesta particular.

No han faltado por estos días las instalaciones, performances, objetos intervenidos, ilustraciones, fotografías, orfebrería, nuevos medios y otras acciones culturales que incluyen hasta la incursión en la música de los futuros artistas visuales.

Jorge Luis Rodríguez Aguilar, subdirector de San Alejandro, explica que durante la Bienal se han mostrado en la institución las tesis de los recién graduados.

Para marzo está prevista la inauguración de una nueva muestra colectiva. La idea es que cada dos o tres meses las exposiciones de la escuela se renueven.

Asegura Rodríguez Aguilar que, como parte de la política de la nueva dirección del centro, encaminada a fortalecer el trabajo comunitario, se va a establecer un vínculo más fuerte con las galerías localizadas alrededor de la institución.

Cuatro estudiantes presentaron sus obras en una galería de Marianao, como antesala de lo que iba a ser la Bienal en San Alejandro. Ese propósito tendrá una segunda edición en abril.

«Radicamos en un municipio donde los procesos culturales están más cercanos a la religión afrocubana, al folclore, y queremos que los pobladores del barrio sientan que San Alejandro es parte de la comunidad. Se han organizado visitas a la Escuela de los estudiantes del preuniversitario».

Discursar desde mi postura de mujer cubana

Laura Sofía Thorrez (Torres Sánchez) acaba de graduarse, con Título de Oro, de la especialidad de grabado, pero advierte que siempre trata de diversificar su producción artística en varios soportes.

En las paredes de la dirección de San Alejandro exhibe su muestra personal, que lleva por nombre Llamar. Está integrada por pinturas, dibujos, una instalación y un videoarte.

«Me valgo de la iconografía femenina contemporánea para discursar desde mi postura de mujer cubana, a partir de un hecho simbólico: cómo manifestamos nuestros deseos y lo peligrosos que pueden llegar a ser estos en determinado momento», dice Laura Sofía.

La joven emplea símbolos ligados a su generación, como Internet, las redes sociales y los juguetes de su infancia.

Su instalación, llamada “Hambre”, habla sobre determinados anhelos conceptuales que pueden tener las personas por un determinado motivo.

Laura Sofía agradece a los directivos de San Alejandro por darles la oportunidad a los estudiantes de insertar sus trabajos dentro de la Bienal.

Punto de referencia

En el aula 19, en la cual se imparten las clases de Pintura, en la planta alta de la Escuela, se puede ver el Proyecto Artístico-Pedagógico Punto de referencia, con curaduría de los docentes Jormay González Monduy y Arnays Camaraza Pérez.

El espacio ha devenido no solo galería de arte, sino también lugar para conversatorios e intercambios de experiencias entre profesores, recién graduados y artistas invitados y otros de formación emergente.

González Monduy imparte clases de Pintura hace 17 años, desde que se graduó en 2003. Para él resulta muy importante que San Alejandro forme parte de la Bienal.

«En la escuela hay muchos jóvenes que aportan ideas frescas y es de vital importancia que siempre estén a la vanguardia. Nosotros los incentivamos a que no se queden detenidos y busquen más allá de lo que podemos enseñarles».

Daylon Ledesma Pérez es un artista de formación autodidacta invitado a participar en el proyecto Punto de referencia. Cuenta que estudió gráfica publicitaria durante cinco años en Italia, donde aprendió a dibujar. Una vez en Cuba se interesó por aprender, de manera autodidacta, sobre las artes plásticas.

«Recibí clases del artista visual Yovanni Abreu. Después comencé a pintar con carboncillo gracias a Alexis Leyva Machado (Kcho), a quien conocí en 2003».

Su dibujo “Fábrica Petro” (técnica carboncillo/cartulina) bebe del arte pobre y tiene como motivo la vivienda vernácula, con un toque de cubanía.

«Trabajo mucho sobre la madera de las casas antiguas. Estudié las características de la madera gris, envejecida por la lluvia y el sereno, y he llegado a un gran nivel de realismo».

El profesor Camaraza Pérez se suma a la exposición con tres piezas donde están presentes el humor y la crítica social.

La primera es una sátira al tema del transporte y la realidad del cubano de a pie. Lleva por título “La carrera” (The running), elaborada en acrílico sobre cerámica, y en la que se alude a las clásicas ánforas griegas.

“Legado” es una fotografía digital donde tiene lugar una hipotética llamada del hombre primitivo al hombre contemporáneo.

Mientras que “Intestino” es una instalación sonora. Consiste en una bocina, colocada dentro de una mochila, para alertar sobre las personas que se transportan en los ómnibus con grandes bocinas donde escuchan reguetón y molestan a sus vecinos.

Camaraza Pérez lleva casi 19 años ejerciendo la docencia en la especialidad de taller bidimensional. Confiesa que ha aprendido más al impartir clases que cuando estudió en la Academia.

En su opinión la experiencia artístico-pedagógica de San Alejandr, durante la Bienal, es muy beneficiosa, tanto para estudiantes como profesores.   

Fuente: Juventud Rebelde

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