El Moncada en canciones
Se asegura que la historia más reciente de nuestro país no se puede escribir sin dejar constancia en ella del aporte de la música y los músicos cubanos. Más que contar, Cuba ha cantado una parte apreciable de su historia, gracias a una tradición musical tan poderosa como esa intrínseca rebeldía nacional que hoy la distingue.
Investigaciones recientes demuestran que la música viene alcanzando un nivel de masificación y propagación mayor que cualquier otra expresión cultural, constituyéndose en un canal que va más allá de la apreciación valorativa y la diversión, para convertirse en un medio de propagación de ideas e ideologías; que dota, además, de sentido al mundo social contemporáneo.
Ya desde el Ejército Libertador, durante la lucha contra el colonialismo español en el siglo XIX, se creó una banda de música tan efectiva que, incluso, fue considerada por el Mayor General Antonio Maceo como la artillería mambisa. Casi un siglo después, con el mismo propósito, otros mambises desde lo profundo de la Sierra Maestra conciben no una banda, sino un grupo musical: El Quinteto Rebelde, que llegó a convertirse en una poderosa arma ideológica en cada uno de los combates donde se dejó escuchar, a través de bocinas cuidadosamente ubicadas y protegidas, y también por la recién creada emisora Radio Rebelde.
El triunfo de la Revolución en 1959, además de activar resortes patrióticos, despierta ciertas musas musicales en un grupo de creadores, entre los que destaca Carlos Puebla, quien canta los hechos más relevantes de la historia del pueblo cubano en temas como «Y en eso llegó Fidel», «Canto a Camilo», «Hasta siempre comandante», «La reforma agraria» y «Gracias Fidel», entre otros. Más adelante, con la creación del Grupo de Experimentación Sonora del Icaic (Gesi), se produce una eclosión de cantautores que se proponen reivindicar la canción con un significado social, entre los que se encuentran Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Sara González y Noel Nicola, por solo mencionar a los más conocidos; quienes crearon una suerte de banda sonora de la Revolución, con temas recurrentes en cada acto patriótico.
El Gesi ha servido de modelo para la experimentación y estímulo a la música comprometida que compusieron y componen otros músicos más contemporáneos, entre los que destacan Gerardo Alfonso y Raúl Torres. Hoy cuando se piensa en el Che y Fidel resuenan en los oídos temas como: «Son los sueños todavía» y «Cabalgando con Fidel», que conmovieron a millones de cubanos en determinados momentos históricos.
Un poco atrás en el tiempo, la epopeya del Moncada ha sido de los hechos históricos más abordados por los músicos cubanos. Quizá el primer tema fuera la «Marcha del 26 de Julio», compuesta por Agustín Díaz Cartaya previo a la acción y grabada clandestinamente en plena dictadura de Fulgencio Batista, y convertida luego en himno de lucha. La también conocida como «Marcha de la Libertad» resume el avance convencido hacia un ideal de paz y prosperidad, invocando la sangre derramada aquel 26 de julio de 1953.
Otros homenajes musicales a aquella gesta son: «Para nosotros siempre es 26», compuesta e interpretada también por Carlos Puebla; «Canción del elegido», y «Todo el mundo tiene su Moncada», de Silvio Rodríguez; «Hay un almanaque de 26», y «Qué hay», de Noel Nicola; «El programa del Moncada», de Sara González, y «Siempre es 26», de Martín Rojas e interpretado magistralmente por Omara Portuondo.
Si en un principio el hombre determinó el significado de la música para sí, en la actualidad parece ser que es la propia música la que determina un significado para el hombre. Y así viene sucediendo con el amplio cancionero patriótico cubano, el cual se erige hoy como una poderosa herramienta, formadora de una ideología revolucionaria.