El arte como vía para llegar a José Martí
Por: Mauricio Núñez Rodríguez.
Hay múltiples caminos para llegar a José Martí. Numerosas expresiones de la creación artística nacional pueden constituir un horizonte oportuno para difundir el legado martiano, toda vez que tenemos un pueblo acostumbrado a consumir y apreciar buen arte y contamos con múltiples y loables empeños desde la televisión, el teatro, el cine, la música y las artes plásticas, que pudieran ilustrar esta idea.
Es cierto que cada generación ha tenido sus propios derroteros y es natural porque cada etapa es siempre diferente, pero en ese andar, los medios de comunicación ocupan un lugar esencial. En varias ocasiones, como parte de talleres o ciclos de conferencias sobre el pensamiento martiano que he brindado en países de Centroamérica, la película José Martí, el ojo del canario, del director cubano Fernando Pérez, ha formado parte del programa. Es una formidable propuesta para introducir la primera parte de la vida de un adolescente que posteriormente se convertirá en una de las figuras meridianas de la historia de un país. Después de ver el filme el estudiante casi seguro solicita saber más detalles de la vida del protagonista y de los acontecimientos posteriores de su vida. Es una pincelada desde la gran pantalla para estimular el interés por averiguar qué sucederá a partir de las últimas escenas.
El filme concluye, precisamente, con la estancia de José Martí en las canteras de La Habana, a donde fue condenado a realizar trabajos forzados. Las difíciles condiciones de ese contexto están muy bien recreadas en la narración, toda vez que ese momento es esencial para entender su posterior trayectoria vital, creadora y revolucionaria. Esa etapa en el presidio constituyó un antes y un después en su camino porque significó su adolescencia abortada, un rápido y brusco salto a la adultez y la decisión de a qué dedicar su camino. Pero en breves imágenes, muy bien ambientadas y dramatizadas, están expresados todos estos conflictos y, muchos más, que necesitarían horas de explicación en clases. Este es el preciso instante para sugerir la lectura de un texto de la autoría juvenil de José Martí que fue de necesaria consulta para los realizadores, El Presidio Político en Cuba u otros que amplíen y completen la biografía del joven inconforme.
También la película Inocencia, de Alejandro Gil, constituye otro relato de uno de los acontecimientos más conmovedores de la etapa colonial cubana que forma parte del contexto que vivió José Martí, y que dibuja de forma auténtica las profundas contradicciones sociopolíticas y económicas que vivió la Isla, y que conformaron las razones iniciales de la génesis de un pensamiento radical en una hornada de jóvenes cubanos. Además de las clases de Historia de Cuba que se brindan en nuestros diferentes niveles de enseñanza, estas formidables propuestas cinematográficas pueden representar un complemento esencial para estimular el aprendizaje, mucho más si tenemos en cuenta el lugar que ocupan las creaciones audiovisuales en el universo de las nuevas generaciones. Pero es una ocasión, además, para acercarse a un periodo determinante de la historia nacional que dibuja parte de las raíces que forman la nacionalidad cubana.
Recuerdo, también, los documentales preparados por el periodista Julio Acanda para la Televisión Cubana que recrean cada uno de los países donde vivió José Martí y los acontecimientos más notables a los que asistió durante su constante peregrinar por el continente. Esta colección debiera retomarse con más frecuencia, porque en breves minutos le brinda al televidente un amplio panorama de la dimensión hispanoamericana del autor de La Edad de Oro. Son materiales de muy buena factura que descansan en una profunda investigación previa. Siempre generan asombro y admiración todas las diferentes labores que Martí realizó en cada uno de los países que le sirvieron de asidero en distintas etapas de su vida y que ayudaron a conformar su amplia cultura. Allí están numerosas fuentes que conformaron su pensamiento y desde esas pinceladas televisivas se brinda ese universo que puede estimular el interés por indagar en otros horizontes.
Recientemente, las artes escénicas cubanas brindaron una experiencia singular. La obra de teatro Hierro, del dramaturgo Carlos Celdrán, durante una temporada estuvo en cartelera en la sede del grupo Argos Teatro en Ayestarán y 20 de Mayo y, afortunadamente, tuvo una versión televisiva que se ha transmitido en más de una ocasión por la Televisión Cubana. Esta multipremiada pieza aborda la estancia de José Martí en los Estados Unidos y dibuja, no solo la vida profesional bien ocupada del autor, sino también los variados conflictos familiares, económicos y políticos que tuvo que superar. Es una mirada al héroe desde la cercanía, desde su cotidiana existencia, desde su posición de esposo, padre, hijo, amigo y desde la incansable vocación de creador que siempre lo caracterizó.
Esta creación de Argos Teatro muy bien pudiera ser objeto de estudio y debate en cualquiera de las enseñanzas de la educación cubana donde se estudie la vida y obra de José Martí, porque allí está recreado el individuo rodeado de todos sus conflictos y problemáticas existenciales y también el gran pensador que aboga por la unidad de los cubanos en el exilio para una obra magna. Es una entrega que convence, porque huye de estereotipos y las actuaciones son tan orgánicas, coherentes y auténticas, que brinda la sensación en el destinatario de estar asistiendo como visitante o testigo a la casa de los protagonistas y en ello, precisamente, descansa su poder de comunicación. Es muy posible que después de terminar de disfrutar de esta puesta en escena el televidente sienta la necesidad de buscar información, conversar o compartir las múltiples interrogantes que deja trazadas porque se brindan momentos clave de un periodo determinante y decisivo en el crecimiento y consolidación del pensamiento del autor.
Tenemos numerosos materiales de excelente factura en nuestros archivos que ilustran etapas cardinales de la vida de José Martí en soportes audiovisuales elaborados por realizadores cubanos. Las últimas 24 horas de la vida de José Martí, por ejemplo, han sido interpretadas desde diversos horizontes. El documental Dos Ríos: el enigma, dirigido por Roly Peña, pretende brindar luz e incentivar otros acercamientos a este triste episodio de la historia de Cuba y América. Su discurso narrativo cuenta con las opiniones de los conocidos historiadores Eusebio Leal y Rolando Rodríguez, quienes brindan sus valoraciones sobre el momento histórico que traza el material.
La obra tiene numerosos efectos especiales que contribuyen estéticamente a la contextualización geográfica de los hechos que narra y analiza en la zona de Dos Ríos sin detrimento de la verdad histórica, por el contrario, apostar por la animación en 3D le brinda un atractivo adicional a este material de 45 minutos de duración, que resulta breve por el dinamismo de su narrativa al abordar un tema histórico de gran relevancia nacional.
La preparación de esta obra tuvo la colaboración de estudiantes y profesores de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI) dirigidos por el profesor Gadiel Carrero y el auspicio de la Sociedad Cultural José Martí. El sistema de enseñanza cubano dispone así de otro instrumento para acercar a jóvenes y adolescentes a momentos de la historia nacional con técnicas y efectos especiales que resultan muy atractivos. Es una de las vías para hacer llegar la información sobre nuestra historia en el lenguaje audiovisual contemporáneo que prefieren las nuevas generaciones, como un camino para su conocimiento y apropiación.
Numerosos poemas de José Martí han sido musicalizados con acierto por sucesivas generaciones de trovadores e intérpretes cubanos que, tanto por la radio como por la televisión y en otras plataformas también, acercan esas piezas de gran estatura lírica a los más amplios y diversos sectores. En muchas ocasiones, cuando en las aulas se estudian estas zonas de la obra literaria martiana existe cierta familiaridad sonora y visual previa.
También son conocidas piezas inspiradas en el pensamiento martiano, escritas y popularizadas por jóvenes. Hace poco tiempo se conoció el videoclip “Por encima de lo conocido” de Adrián Berazaín y Mauricio Figueiral que, desde una visualidad que tiene a la naturaleza como contexto, recrea sitios relacionados con José Martí en la zona oriental del país.
El Portal del Centro de Estudios Martianos (www.josemarti.cu), por su parte, ofrece de manera gratuita una biblioteca digital de títulos de y sobre José Martí que pueden ser descargados desde diferentes soportes electrónicos. Es una manera de acceder a títulos que no se encuentran en librerías y que pueden facilitar los quehaceres escolares.
Numerosas expresiones de nuestra creación artística y literaria pueden desempeñar un rol decisivo para comunicar la vida y obra de José Martí a los más amplios sectores de la población a través de piezas de elevada factura estética. Ello puede complementar la faena de los profesores en nuestros diferentes niveles de enseñanza. Baste, por ahora, estos breves ejemplos (hay muchos más, por supuesto) como botón de muestra del arsenal artístico y literario con que contamos para comunicar el universo de una figura tutelar para la cultura y la historia cubanas, que constituye motivo singular de inspiración para los creadores nacionales más allá de generaciones.
Fuente: Cubarte